Catástrofe de Bophal
En
la madrugada del 3 de diciembre de 1984, la ciudad de Bhopal, en el
estado indio de Madhya Pradesh, se convirtió en el escenario de uno de
los peores accidentes industriales de la historia, cuando la planta de
pesticidas de la multinacional estadounidense Union Carbide dejó escapar
más de 40 toneladas de isocianato de metilo (MIC).
Aquel
accidente, que se produjo al no tomarse las debidas precauciones
durante las tareas de limpieza y mantenimiento de la planta, causó la
muerte inmediata a 8.000 personas y otras 16.000 en los años
posteriores.
Además,
otro más de medio millón sufrió graves secuelas que aún hoy, 26 años
después, siguen afectando a las generaciones posteriores. De hecho, más
de 150.000 habitantes de Bhopal sufren en la actualidad enfermedades
crónicas derivadas de la exposición al MIC, así como problemas
respiratorios, ceguera, cánceres, desórdenes genitales, etc.
«La
peor catástrofe ecológica de la historia», fue calificada en su
momento. Una catástrofe que les ha costado a los responsables, siete
directivos de Union Carbide, una condena de tan sólo dos años de cárcel y a una multa de 500.000 rupias (casi 8.900 euros) a la propia delegación india de la compañía estadounidense.
Continúan las emisiones tóxicas
Esto
no ha impedido que la empresa causante de aquella catástrofe siga con
sus emisiones tóxicas, aunque bajo un nuevo dueño: Dow Chemical, que
adquirió en 2001 buena parte de los activos de la multinacional.
«La
nube se extendió rápidamente por gran parte de la ciudad, de cerca de
700.000 habitantes, y en plena noche, decenas de miles de personas con
agudos problemas respiratorios y muchas de ellas cegadas por los efectos
del gas, huyeron despavoridas», contaba ABC al día siguiente, cuando sólo se contabilizaban 1.100 muertos y 20.000 afectados.
El
viento arrastró la mortífera nube hacia las barriadas de chabolas
cercanas a la fábrica. Una nube de gases que, al ser más densos que el
aire atmosférico, terminó recorriendo toda la ciudad a ras de suelo,
produciendo entre los ciudadanos una caótica y desesperada huida que
causó otro buen número de víctimas mortales en accidentes.
Miles de animales muertos
Fallecieron,
además, miles de cabezas de ganado y todas la tierras del entorno de la
fábrica quedaron seriamente contaminadas tras el accidente, dañando los
principales medios de sustento de la población.Toda una pesadilla que
parece no tener fin y que sigue perpetuándose en una segunda generación de niños que nace con discapacidades físicas y psíquicas, así como ciegos y sordos. Unas víctimas que no existen para el Gobierno de Madhya Pradesh ni para Dow Cheminal.
«Hemos
identificado 300 niños en la zona con problemas, pero creemos que hay
miles. Son hijos de personas expuestas al gas, pero también de aquellos
que beben el agua de los pozos. El Gobierno no les reconoce como
víctimas y no reciben tratamiento», explicaba a ABC en noviembre Tarun
Thomas, el director del único centro de rehabilitación que existe en la
ciudad.
«Las
condiciones son tan preocupantes –aseguraba en 2004 el abogado M. V.
Joseph, que ha llevado a los tribunales a más de 70 empresas por
utilizar productos contaminantes prohibidos–, que no es tan difícil que
vuelva a repetirse una situación como la que ocurrió en Bhopal».
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